Liderazgo y gobernanza

Paúl Maldonado

“El liderazgo participativo y la gobernanza destinada para el bien social, son los verdaderos cimientos de una excelente y eficiente gestión pública, porque sin un buen líder no existe una buena gobernanza”.  Darwin Díaz Moreno (2021).

El señor Darwin Díaz menciona que la gobernanza es un modelo de entendimiento y toma de decisiones, estrategias y políticas que posee mejores y más eficientes herramientas de acción desde lo público hacia lo local, buscando siempre contribuir a mejorar políticas públicas e inversiones nacionales y locales con foco en minimizar la pobreza. Comenta que en una buena gobernanza intervienes las autoridades electas, los directivos con cargos intermedios y los empleados y trabajadores públicos, cada uno de ellos  tienen sus funciones muy bien definidas. Alude que sin visión de futuro, sin interpretar las líneas de desarrollo y progreso que necesita una sociedad, la gobernanza actúa a ciegas. Los políticos y directivos públicos tienen que aportar su visión de futuro, además es necesario que cuenten con la iniciativa para desarrollarla y las capacidades para llevarla a cabo. La gobernanza supone un cambio de paradigmas en las relaciones administrativas, propiciando la adopción de políticas públicas con la participación de distintos sectores tanto públicos y privados, porque un líder que ama a su sociedad es un vocero en pro del fortalecimiento y cuidado de su territorio; es quien deja todo por la sociedad a la que pertenece; es quien quiere y defiende su espacio, cultura, raza, identidad; es quien defiende  los derechos humanos y clama justicia y equidad; es amigo, trabaja siempre por el bienestar de sus colaboradores, habitantes y sobre todo es un ejemplo a seguir. El liderazgo social es una cualidad que ostenta una persona al mando de una institución  y que le permite influir en el comportamiento, así como en la toma de decisiones de los demás. La gestión pública requiere de mucho más que los elementos tradicionales; planear, organizar, dirigir y controlar. Demanda también de talento de quienes están a cargo de personas, como también, de los procesos de servicio. A este liderazgo vinculado a lo social se  lo conoce como un conjunto de habilidades que pueden desarrollarse continuamente si se combinan; habilidades personales, técnicas y tecnológicas para el bien común. Menciona que Las funciones de dirección, liderazgo y gestión, aunque puedan ir unidas a una misma persona son esencialmente distintas, cuestión que conviene distinguir para entender la naturaleza misma del liderazgo. La gestión comprende las competencias vinculadas a la gestión de personas, de presupuestos, de acciones, etc. a través de la planificación, organización, coordinación y toma de decisiones técnicas. La dirección implica mayor capacidad de toma de decisiones y la facultad para elaborar planes y diseñar estrategias con un margen de autonomía considerable. Sin embargo, liderar supone un escalón superior, más allá de gestionar y dirigir supone formular fines, trazar horizontes, dibujar proyectos sociales y guiar a los equipos de trabajo. De este modo, el liderazgo implica el propósito conjunto y común de llevar a la práctica cambios reales en la institución, mientras que la gestión y la dirección implican la coordinación de los miembros y los recursos para desarrollar las actividades de la institución pública. Finalizo mencionando que la administración pública debe asegurar un marco normativo estable y adaptado a las necesidades de nuestra sociedad.