Nuevamente volveremos
en agosto a dar el voto
entre prisa y alboroto
y ojalá que le atinemos.
Presidente elegiremos
y también asambleístas
escogiendo de entre listas
por el más calificado
que nos saque de contado
de este estado derrotista.
Ojalá que en esta vez
elijamos con sapiencia
para dar la presidencia
al mejor con madurez.
Es suprema cojudez
escoger al más latoso,
al insigne mentiroso
que nos miente a cada rato,
al enclenque garabato
que denigra al oponente
y nos pone frente a frente
a pelear con arrebato.
Volveremos, no hay salida,
a los trotes de campaña,
al parlante, a las hazañas
y otras formas consabidas.
Hay encuestas en subida,
hay encuestas en bajada,
hay algunas “arregladas”
donde asoma ganador
y triunfante un contendor
que profiere pendejadas.
Hay algunos al momento
sin pareja, sin binomio,
esto causa pena, insomnio
y montón de sufrimiento.
Inclusive hay unos “lentos”
sin partido, ¡qué suplicio!
sin hinchada, sin auspicio
mendigando papeleta
porque saben que la teta
es muy rica y se hace vicio.
Votaremos presurosos
con la cédula en agosto,
a pagar un alto costo
por votar tan licenciosos.
NO a los mismos vanidosos,
ni tampoco a los ineptos,
nuestro voto es muy selecto,
para hombres preparados,
no odiadores, muy centrados,
de trabajo e intelecto.