Numa P. Maldonado A.
En un Estado fallido como el nuestro, gobernado en buena parte de su historia republicada por mafias corruptas enquistadas en la administración pública, muchas de ellas derivadas de viejos ancestros familiares, una de las grandes fuentes de enriquecimiento ilícito y poder ha sido la venta de energía, principalmente de energía eléctrica. Pienso que, con este fin, hasta se tuvo el acierto de otorgar el servicio a buena parte del sector rural, desde los últimos años del siglo pasado. Recuerdo que las grandes empresas distribuidoras de este importante servicio, como Andinatel y Pacifictel nunca presentaron saldos positivos en todos los años de vida, pero jamás cambiaron de administradores.
Con el paso de los años este enorme atraco, al igual que otros, se depuró y las mafias se hicieron más poderosos y más ambiciosas. Se proyectaron nuevas fuentes de energía, como la hidroeléctrica, y hasta se logró exportar el exceso a países vecinos… Pero sin atacar el problema de autoabastecimiento sino con sutiles engaños, sobreprecios y endeudamientos millonarios descarados que beneficiaron, como siempre, al grupo “privilegiado”: impune, indolente, insaciable.
Para el grave problema energético actual, el Gobierno de Lasso, calificado como “negligente” (un epíteto demasiado generoso) anuncia, como gran logro de su lamentable desempeño, el cese de cortes de luz durante el próximo feriado de cuatro días y la compra de energía eléctrica de 600 mgv: 400 a Colombia, 100 a Perú y 100 a empresas nacionales… En un desvergonzado lavado de manos.
Si no se siguen cometiendo los errores de siempre, la mayoría a propósito, y partiendo de una permanente falta de liderazgo técnico en las empresas estatales (se cambia gerentes hasta a razón de 3 por año) que permiten una eficiencia de conducción energética media del 15 % (robos, materiales obsoletos, falta de mantenimiento…) y sin directivos ni decisión política de abastecimiento energético permanente, este problema nunca se resolverá. A pesar de que tenemos suficientes recursos hídricos, eólicos y fotovoltaicos para autoabastecernos y vender electricidad y gas en el Golfo de Guayaquil de mejor calidad que el que importamos.
Digo esto porque otra sería la suerte de Ecuador si no existiera este grupo de grandes pillos que manejan el país, casi desde siempre, y hoy están aliados a mafias nacionales e internacionales de crimen organizado, difíciles de exterminar, pero no de vencer.
En resumen: Las soluciones para el problema energético en un país tan rico y biodiverso como el nuestro, aún son muchas, pero no se realizan porque las impiden los grandes capos antipatria, enquistados en los gobiernos de turno y ahora en muchos de los movimientos y partidos políticos.
Que el presidente Noboa y los que le sucedan tengan el suficiente aplomo y patriotismo, para no caer en las funestas fauces de la corrupción y sus mafias.