Martín Alonso, en su obra Ciencia del Lenguaje y Arte del Estilo, establece el significado de la palabra: vocablo, verbo, voz, término, expresión, dicción, locución, léxico, vocabulario, sinónimo, paronimia, semántica, ortología, ortografía y lenguaje. Según el diccionario Larousse ilustrado, la “palabra” proviene del latín “parábola”, que se refiere a una narración de la que se deduce una enseñanza moral o una verdad importante. Solo el ser humano tiene el privilegio maravilloso de disfrutar plenamente de las palabras. José Martí decía: “la palabra no es para encubrir la verdad sino para decirla”. La palabra es un medio de comunicación con nuestros semejantes, es una acción recíproca entre emisor y perceptor. El diálogo recíproco y fluido entre las personas es la plática de honor mediante la conferencia, discurso, sermón, razonamiento, exposición.
Sócrates, el autor de la mayéutica, por medio de la palabra ejecuta el arte de preguntar: pregunta a los sabios para aprender, a las personas de poco conocimiento para enseñarles, y a los sofistas para hacerles confesar su error, de allí nace la expresión “sólo sé que nada sé”, los sofistas dicen que saben todo y no saben nada. Esto permite reflexionar que el conocimiento es infinito, la capacidad humana es insuficiente ante el avance científico y tecnológico de la humanidad. La comunicación a través de la palabra hablada y escrita permite la construcción de la cultura y sabiduría.
Las palabras tienen el poder de gobernar a los hombres y de construir naciones enteras. La palabra flamea airosa en el ágora, en la asamblea, en las instituciones públicas y privadas y en el diario convivir.
Herminio Guaya
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