Esta patria ya no aguanta
tanto robo descarado,
por los sapos perpetrados
y que a diario se agiganta.
Salta pus por todo lado,
esta patria da vergüenza
es traición, en cruel ofensa
… qué relajo! ¡Qué salados!
Se nos llevan por cartones,
medicinas, mascarillas,
y otras tantas maravillas
los finísimos ladrones.
¡Sí señor! Son mañositos
muy afectos al billete,
muy amigos del trinquete
y lustrosos dolaritos.
Causa pena, causa espanto
constatar tanto atropello,
y que tienen el gran sello
de un grupito sacrosanto.
Se nos roban la esperanza,
los insumos, el dinero,
se levanta el avispero
y la fe ya no me alcanza.
Lo chistoso de este tema
es que asoman angelitos
porque algunos juececitos
los liberan, pero en quema.
Más demoran en llevarlos
detenidos a la audiencia
luego salen en presencia
¡de los medios … a cuerearlos!
Roba el viejo y el chiquillo,
roba el gordo, roba el flaco,
todos ellos son bellacos,
todos ellos son muy pillos.
Roba el grande y el pequeño,
roba el blanco roba el negro,
roba el hijo, roba el suegro
roba el serio y el risueño.
Se reparten hospitales,
se reparten direcciones,
¡Qué muchachos lambiscones!
que nos causan tantos males.
¡Ayayay qué jodería!
la pandemia queda corta,
queda nula, queda absorta,
ante tanta pillería.