Ciencia, tecnología e innovación, herramientas para enfrentar la crisis

José Vicente Ordóñez

Al pasear por la playa, un hombre encontró miles de estrellas de mar a lo largo de la costa, pensó que sería consecuencia del viento de los últimos días y se sintió triste, sabía que viven sólo 5 minutos fuera del agua. De repente observó un niño corriendo muy agitado, ¿Qué estás haciendo? –preguntó- estoy devolviendo las estrellas al mar, –Ya veo– pero tu esfuerzo no tiene sentido. Podrás salvar muy pocas, pero la inmensa mayoría morirá, el niño mostró una y antes de lanzarla al océano dijo: “Para ésta tiene sentido”.

La moraleja es inspiradora, sobre todo para quienes realizan un arduo trabajo en el ámbito de la salud o en la protección social en estos tiempos de pandemia, sin embargo, no está por demás agregar una inquietud a la fábula y utilizar la analogía, ¿Qué pasaba si el niño, además de su voluntad y escasos recursos, hubiese tenido las herramientas adecuadas? La respuesta es obvia, muchas más se hubiesen salvado.

Los efectos de la propagación del COVID-19 están sacudiendo las estructuras sanitarias, económicas y sociales en el planeta; y, a nivel nacional, las consecuencias pueden llegar a ser devastadoras para la vida, producción, empleo e incluso la dolarización. Por ello, como país necesitamos añadir a los esfuerzos que se realizan: el impulso, mejoramiento e intensificación de la ciencia, tecnología e innovación a todo nivel y a lo largo y ancho del territorio nacional. Estas herramientas, indiscutiblemente, nos ayudarán a enfrentar la crisis en mejores condiciones.

Existen ejemplos de diversos sectores, en donde el uso de los instrumentos descritos genera resultados positivos, algunos se mencionan a continuación:

-La campaña “Dar una mano sin dar la mano” del MIES, creó una gran plataforma (crowfunding), que sin comprometer recursos públicos posibilitó el apoyo privado para gestionar más de un millón de kits de alimentos, distribuidos a personas altamente vulnerables de Ecuador.

-Algunas universidades vincularon la ingeniería, las ciencias médicas y la bioeconomía para el desarrollo de ventiladores mecánicos y otros insumos médicos de bajo costo, principalmente para cuidados intensivos.
-El esfuerzo mancomunado de startups tecnológicas creó aplicaciones que permiten rastrear en tiempo real a una persona infectada a través de diversos dispositivos, delimitando cercos epidemiológicos.

No obstante, también es importante mencionar que hay algunos sectores en donde no se registran mayores avances y, por ende, se pueden potenciar los instrumentos de análisis. A continuación, algunas sugerencias:

-Generar bases censales, debidamente georreferenciadas para facilitar labores de emergencia y apoyo social a la población.
-Fortalecer la conectividad rural e implementar plataformas públicas de telemedicina y educación virtual para estos sectores.
-Mercados virtuales sin intermediación, sobre todo de insumos de emergencia como alimentos y medicamentos.
-Impulsar investigaciones y patentes encaminadas a enfrentar y superar la crisis, entre otras.

Finalmente, la ciencia, tecnología e innovación se constituirán en herramientas tangibles para enfrentar la nueva normalidad, si se reformulan políticas y prioridades nacionales que permitan implementar ecosistemas de innovación, para ello se necesita incrementar la inversión de recursos en el ramo desde todos los sectores, financiamiento público en forma de capital semilla o de riesgo y un nuevo contrato social, más allá de la actual institucionalidad.

Podemos aprovechar la crisis y transformarla en oportunidad, ya que la digitalización forzosa y los problemas inéditos que hemos afrontado durante la emergencia, nos enseñan la importancia que tienen herramientas útiles que innecesariamente han sido aletargadas y postergadas por nuestra sociedad.