RELECTURA DE GIBRAN JALIL EN TIEMPOS DE LA NAVIDAD 2021 (2)

Numa P. Maldonado A.

Gibrán Jalil Gibrán, reconocido poeta libanés, autor de varios libros en árabe e inglés, cobró notoriedad mundial en 1923, cuando publicó “El Profeta”, obra en prosa poética, “de gran belleza formal”, un best seller en Estados Unidos durante el siglo XX, traducido a más de 50 idiomas.

En la entrega anterior hicimos una reseña más extensa del contenido del Profeta; hoy, la resumimos: Almustafá abandona la ciudad de Orfalís tras doce años de estancia, pero antes de partir, atendiendo la solicitud de los vecinos de la ciudad contesta varias preguntas (en total 26): ¿qué es el amor? ¿la paz? ¿el dar? ¿el tiempo?, ¿el placer? ¿la libertad? ¿la paz? …

Para esta entrega comentamos el interrogante 23: “Entonces, un ermitaño, que visitaba la ciudad anualmente, se adelantó y dijo: HÁBLANOS DEL PLACER. Y Almustafá respondió, diciendo: “El placer es una canción de libertad, pero no es libertad. Es el florecer de vuestros deseos, pero no su fruto (…) Es lo enjaulado que toma alas, pero no es el espacio confinado. ¡Ay! en verdad verdadera, el placer es una canción de libertad. Y yo desearía que la cantarais con plenitud de corazón, pero no que perdierais el corazón en el canto. Algunos jóvenes entre vosotros buscan el placer como si lo fuese todo y son juzgados por ello y censurados. Yo no los juzgaría ni censuraría. Los dejaría buscarlo. Porque encontrarán el placer pero no lo encontrarán solos (…)

Y ahora vosotros preguntáis en vuestro corazón: «¿Cómo distinguiremos lo que es bueno de lo que no es bueno en el placer?» Id a vuestros campos y a vuestros jardines y aprenderéis que el placer de la abeja es reunir miel de las flores. Pero es también el placer de la flor al ceder su miel a la abeja. Porque, para cada abeja, una flor es fuente de vida. Y, para la flor, una abeja es un mensajero de amor, Y para ambos, abejas y flor, el dar y el recibir placer son una necesidad y un éxtasis. Pueblo de Orfalís, sed en vuestros placeres como las abejas y las flores”.

Si,  disfrutar de placeres sanos en la vida, sin exagerar en el disfrute, y mejor aún utilizando el “término medio” (tan reconocido y recomendado por los grandes maestros, como Buda y Aristóteles), compartiéndolo con otra persona o con varias, se constituye en una necesidad inobjetable del Vivir Bien o Buen Vivir de nuestros días: con buena salud física, mental y espiritual, una meta que todos deberíamos no sólo desear sino conseguir. Por eso, precisamente, el placer es un importante componente de la Felicidad. Nos permite hacer libre uso de la libertad  pero  no del libertinaje, ni de los malos instintos o las muy comunes aberraciones como la envidia, el egoísmo o la avaricia. Practicar la reciprocidad, como lo indica Gibran Jalil, en el elocuente ejemplo de la abeja y la flor, donde ambos actores resultan complacidos y satisfechos: ese inobjetable placer que deberían practicar conscientemente los buenos gobernantes.  Celebrar fiestas como la Navidad y Año Nuevo, cumpleaños, triunfos de familiares  y amigos…, con mucho regocijo pero también con recato.

Celebremos, estimados lectores estas fiestas tradicionales del Fin de Año, placenteramente en  familia y con  amigos, agradeciendo a la vida, con alegría y optimismo,  pero con  adecuada compostura para que el disfrute sea realmente lo que es, y no derive en dolorosas lamentaciones.  FELIZ NAVIDAD Y AÑO NUEVO CON BUENA SALUD Y PLANES CON  MUCHAS ACCIONES NOBLES.