Quilanga, 08 de junio 2023
La crisis se profundiza en nuestra patria que ha sufrido y aguantado por muchísimos años la indolencia de los poderes de turno. Desde el instante mismo que nació la república como independiente y soberana, no ha sido posible tal precepto, más, desde 1830, quienes se han turnado en el poder político y tras de ellos el poder económico y mediático han sesgado en favor de las minorías.
Nuestra frágil democracia, sistema político que en definición es “el gobierno del pueblo” se debilita, precisamente, porque el pueblo no ha tomado la posta del liderazgo, la gestión y administración de los recursos; mientras, del otro los poderes constituidos se esfuerzan por proclamarse defensores de la democracia al hablar de la institucionalidad en peligro, cuando en realidad peligra su statu quo.
La democracia electiva y delegativa que vivimos los últimos 40 años controlada por un régimen de partidos y la movientocracia que han parido tres constituciones, no han trastocado, peor transformado el sistema político de gobierno y tras de cada elección nacional o local el modus operandi continúa, repitiéndose el dicho de “último día de despotismo y primero de lo mismo”.
Desde mi rinconcito en donde escribo estas líneas quiero pensar que cada vez que nos convocan y nos obligan a votar han atrofiado la radicalidad para actuar e incluso la capacidad de asombro, tan propia de un espíritu indómito, se resquebraja, al punto de creer que las grandes transformaciones ocurrirán en cualquier parte, menos en este país que lo tiene todo, pero que al final parece no tenerlo o no le pertenece.
No sé si por azar del destino, por una planificación estratégica o simplemente por la aplicación de un precepto constitucional, la “normalidad” de elegir presidente y asambleístas cada cuadro años ha sido interrumpida y estamos convocados a elecciones el próximo 20 de agosto para completar el período de los asambleístas cesados por la muerte cruzada y del presidente que se ve obligado a acortar su período.
Esta decisión gubernamental puso en movimiento a todos los dirigentes de partidos y movimientos políticos que, sin dunda, pone a prueba a todas las organizaciones que entre asustados y avezados van tras una silla en Carondelet o en la Asamblea Nacional.
Tenemos un bagaje de “idóneos” de distintas tendencias, sin importar que apenas estarán 18 meses. Caras conocidas y desconocidas pero juntas responden a mismos patrones de comportamiento y actuación. Han dividido el país entre “istas” y es fácil descifrar que lo que está en juego es el ajuste de cuentas, la venganza, el odio que los separa, pero que tras bastidores los identifican sus intereses económicos y egolatría.
Por eso, LA PATRIA NOS NECESITA urgentemente. Este momento histórico electivo no sólo debe ser una renovación generacional de las élites: hijos por padres, sobrinos por tíos, amigos por vecinos, este momento es ideal para buscar y encontrar una salida que revolucione la forma de hacer política nacional y local, la forma de liderar, gestionar y administrar los recursos públicos que pertenecen a todos y muy especialmente a quienes más lo necesitan.
Desde nuestros espacios aportemos en la búsqueda constante porque si es posible un Ecuador diferente, que nuestras ideas, acciones y coherencia de valores sean el aporte y que nuestro voto responda a un análisis crítico de la realidad y al final del túnel sea el motor para instaurar justicia y paz.