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A partir de la conquista y colonia españolas, se organizó un pequeño grupo de familias para controlar el poder económico por medio de grandes empresas y bancos. Hoy, ese minúsculo grupo pretende apoderarse del poder político.
Para reflexionar sobre el tema, les presentamos unos fragmentos del artículo “Empresarios al poder” de Juan J. Paz-y-Miño Cepeda: “Aunque después de las independencias fue proclamada la democracia como forma de gobierno entre las distintas repúblicas latinoamericanas, el poder económico y político en manos de reducidos grupos dinásticos impidieron su desarrollo.
Una década atrás, la revista Nueva Sociedad había dedicado un número especial sobre “Empresarios a la presidencia”. No se trata de viejas oligarquías, ni de cualquier empresario pequeño o mediano, sino de grandes empresarios, dueños de poderosas empresas y evidentemente millonarios, que se decidieron por participar en las elecciones propias de la democracia representativa, en coincidencia con el desarrollo del período económico neoliberal. Varios llegaron a ser presidentes: “Goni” Sánchez de Lozada (Bolivia), Vicente Fox (México), Mauricio Macri (Argentina), Sebastián Piñera (Chile), Álvaro Uribe (Colombia), Elías Antonio Saca González (El Salvador), Horacio Cartes (Paraguay), Pedro Pablo Kuczynski (Perú), Ricardo Martinelli y Juan Carlos Varela (Panamá). En esta fase contemporánea, el primer empresario-millonario en llegar a la presidencia del Ecuador fue León Febres Cordero (1984-1988), quien inició el neoliberalismo y realizó un gobierno orientado por los intereses de su clase, con graves repercusiones para la sociedad e incluso la democracia. El segundo es el banquero Guillermo Lasso, actual presidente del país.
Sin embargo, ninguno de los empresarios-presidentes impulsó relaciones económicas de bienestar social, desarrollo de derechos laborales y masiva atención con servicios públicos gratuitos en educación, salud, medicina y seguridad social. Ocurrió todo lo contrario.
Estos temas toman actualidad en Ecuador. Como no ocurriera en cuatro décadas de democracia representativa, en la primera vuelta realizada el pasado 20 de agosto, cuatro empresarios postularon a la presidencia: Daniel Noboa, Jan Topic, Otto Sonnenholzner y Xavier Hervas. Si se examinan sus programas de gobierno, por sobre los matices del lenguaje y las vaguedades de las generalizaciones y abstracciones que realizan, todos coinciden en dar continuidad al modelo neoliberal restaurado en el país con Lenín Moreno y Guillermo Lasso. El programa de Tópic es el más claro en esa visión y este candidato fue el primero en lanzarse abiertamente contra el “correísmo”. Ninguno de estos empresarios-políticos fueron candidatizados por partidos propios (son “outsiders”). Según opiniones periodísticas, el debate entre los candidatos favoreció a Noboa, a quien se le dio poca importancia durante las campañas políticas. Daniel Noboa es hijo de Álvaro Noboa, el magnate bananero de Sudamérica, quien también, a su tiempo, se había postulado a la presidencia en cinco ocasiones, sin éxito. Pero, en estricto rigor, lo que el debate presidencial ocultó es la visión empresarial y neoliberal de Noboa, tras una apariencia de seriedad, discurso argumental y hasta juventud. La votación que obtuvo le ha permitido pasar a la segunda vuelta (se realizará el 15 de octubre), confrontando con Luisa González, candidata de la Revolución Ciudadana.
Es hora de seguir el ejemplo de los miles y miles de héroes y mártires que nos dejaron con su vida, el ejemplo de como debemos vivir y morir para construir la nueva sociedad: donde seamos y vivamos como hermanos.