La laxitud de la vida

Efrén Sarango.

La existencia se termina
como fuego malherido,
como grito adolorido
a la vuelta de la esquina.
Por lo tanto compatriota
aprovecha bien tus días
desplegando la energía
en las cosas más ignotas.

La esperanza de la vida
se termina con la muerte
que a la postre es mejor suerte
si se marcha en estampida.
El dolor de los mortales
no es eterno, es pasajero,
es el grito lastimero
que se escucha en los portales.

Nuestra vida es momentánea,
es tan sólo una tormenta,
que con fuerza se revienta
en las cosas cotidianas.
Por lo tanto compañeros
a vivir con alegría,
con denuedo, algarabía
señalando un derrotero.

Nuestro paso planetario
hacia el seno de la nada,
es manzana madurada
con calores incendiarios.
Nada es mucho, poco es nada
en el alma de la gente
que se torna displicente
en sus noches congeladas.

Vive al máximo tus horas,
tus minutos, tus segundos
en la faz del nuevo mundo
que se viene sin demora.
Nada más que tus secretos
para hacer de la estadía
el perfume y ambrosía
para siempre …ese es el reto.

La existencia se termina
como fuego malherido,
como grito adolorido
a la vuelta de la esquina.
Por lo tanto compatriota
aprovecha bien tus días
desplegando la energía
en las cosas más ignotas.