
En las plazas y calles de la ciudad de Loja se ha vuelto común observar a personas que venden productos naturales para curar cualquier dolencia. Decenas de ciudadanos los adquieren, pero ¿quién controla su venta y si cuentan o no con registro sanitario?
Preocupación
Marlene Guayla Andrade, trabajadora de un centro naturista de la localidad, mencionó que funcionarios de la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa), siempre los visitan con el objetivo de verificar que los productos expendidos a la población cuenten con su debido Registro Sanitario, y cumplan con la normativa sanitaria vigente, con ello, aseguran que son inocuos y aptos para el consumo.
“Nuestra preocupación es que, a estas personas —que dicen ser curanderos— y venden productos, nadie les dice nada. A nosotros, como expendedores autorizados, nos perjudican, ya que estamos siempre vigilados y ellos hacen ‘su agosto’ a vista de las autoridades”, dijo.
Por su parte, Jaime Abraham, propietario de otro centro de venta de productos naturales, acotó que es preocupante lo que pasa en nuestra ciudad, “como emprendedores, debemos cumplir con todos los requisitos que establece la norma, pero estas personas —que dicen ser curanderos— no lo hacen, lo peor es que la ciudadanía adquiere esos medicamentos a altos costos sin tener la certeza de que le harán bien”, puntualizó.
Hizo un llamado a las entidades correspondientes a tomar correctivos para evitar que más gente siga siendo engañada por personas que luego desaparecen y los afectados no pueden reclamar.
Permiso
Desde el Municipio de Loja se informó que los ciudadanos que venden estos productos en las calles o plazas de la ciudad cuentan con: el permiso respectivo para el uso del espacio público y control en las condiciones para el expendio; pero la institución no verifica que tengan Registro Sanitario, ya que la competencia es del Arcsa.
Además, el valor del puesto es de USD 13,50 por día y, dependiendo del giro de negocio, va incrementándose.
Competencia
La competencia del Arcsa es controlar y verificar los establecimientos que elaboran, fabrican, procesan, distribuyen o comercializan productos de uso y consumo humano; en este caso, naturales. (I)