
El Padre Darío Ildefonso Sarango Jiménez, párroco de la parroquia Cristo Sacerdote de Motupe, ciudad de Loja, lleva más de 3 décadas al servicio de Dios y la comunidad. Durante su recorrido por varios cantones, su misión ha sido evangelizar.
Trayectoria
El sacerdote, en diálogo con Diario Crónica, contó que es el tercero de 12 hermanos y, en su infancia y adolescencia, no había puesto en sus proyectos el servicio a Dios.
Culminó sus estudios primarios y secundarios, en la especialidad de Químico–Biólogo, en el Colegio de Macará y, posterior, viajó a Guayaquil a estudiar Medicina. “Elegí esta carrera porque desde que tengo uso de razón siempre vi a mi madre enferma”, dijo.
Cuando estaba en el segundo año de la carrera, Dios se reveló en su camino y le dio la misión de ser sacerdote. Dejó estos estudios (Medicina) y fue hacia el Seminario San José de Quito, donde se preparó.
“Recuerdo que un viernes 13 de septiembre de 1991 fui ordenado sacerdote; de esa fecha hasta la actualidad, tengo 32 años de vida sacerdotal y camino hacia los 33”, acotó.
Lugares
El padre indicó que antes de ser ordenado como sacerdote ya era párroco de Zapotillo y, tras su consagración, permaneció allí 6 años; luego fue enviado a Nambacola (Gonzanamá), donde estuvo 2 años; seguidamente, llegó a su tierra natal Macará y sirvió por 7 años; su ruta continuó en Catamayo por 2 años y medio; de allí fue a Celica, donde estuvo 7 años, y pasó a Catacocha (Paltas), por 2 años más.
“El 16 de septiembre de 2016, cuando cumplí 25 años de vida sacerdotal, estaba en Catacocha y esa fecha también fue mi despedida, ya que de ahí pasé a la parroquia Cristo Sacerdote del barrio Motupe de la ciudad de Loja, donde voy 7 años”, refirió.
Agregó que en todos los lugares en los que ha estado, su misión ha sido evangelizar, “aunque últimamente, con los años y a la par enfermedades, se me ha complicado acudir a otras parroquias, pero he cumplido el mandato de Dios”, puntualizó.
Obra
El sacerdote Darío Sarango afirmó que a su llegada a la parroquia Cristo Sacerdote sabía la situación de la iglesia, pero le preocupada más el acompañamiento evangélico (visitas a las familias formación bíblica…) porque no había un espacio específico para esta actividad.
Es así que se construyó la casa pastoral con salas de catequesis, luego procuró la reconstrucción de la iglesia, pero, por dos años, no obtuvo los permisos del Municipio debido a que el bien inmueble estaba registrado como patrimonial, y debía conservarse todo, “pese a que estaba en mal estado (vigas, techos…)”.
A vísperas de Navidad del año pasado (2022) se produjo un incendio e, inmediatamente con los permisos, inició la obra de reconstrucción; actualmente, está con un avance de 60%. “El proyecto se está ejecutando solo con ayuda de la comunidad, mas no de autoridades o entidades locales”, expresó. (I)