Del Perú y otros lares, de todo el Ecuador
llegan los romereantes, con fe, con devoción,
y desde su Santuario, en peregrinación,
trasladan a la Virgen de El cisne, con amor.
El día 20 de agosto con su entrada triunfal
se da inicio a las fiestas, con la Madre de Dios
el pueblo la proclama a una sola voz
que viva la “Churona”, la Reina Celestial.
Y a partir de esta fecha, el Complejo Ferial
con la Gran Avenida, arteria principal,
generan movimiento, despiden fino olor.
Las gentes hacen cola para los bocadillos
Y en las noches no pierden la quema de castillos
que traen los morlacos, de luz multicolor.
Arf.