Próximas elecciones, un desafío histórico para el Ecuador

Freddy Coronel

Las labores cotidianas del humilde ciudadano en el Ecuador, siempre tan necesarias, sobre todo cuando nos apoderamos del destino de esta, nuestra tierra generosa ubicada en la mitad del Planeta Tierra, y cuando somos buenos ciudadanos prevalecen los intereses mezquinos y oportunistas de candidatos que en su plan de trabajo quieren burlarse de los derechos adquiridos por los trabajadores como una digna jubilación, que justamente le permita lograr con un capital por su trabajo entregado por más de 25 años, y con ello emprender en otra actividad económica para subsistir y aportar al país en un mundo difícil y complicado por siempre; esto es lo que preocupa, no solo a los padres sino a sus hijos, que un candidato venga sin ningún razonamiento a proponer subir la edad de la jubilación, y no solo eso, aumentar los impuestos para este sacrificado y pobre padre golpeado por la crisis económica y una política pública que hoy ya lo afecta con bajos ingresos como jubilado, que esperaríamos si se aumente los años de servicio al trabajador para que se jubile. Por ello, frente a las labores indispensables y el deber cívico para cumplir los objetivos misionales de nuestra Patria, hay un candidato que pretende llevarnos al abismo, es muy difícil creer que hay ecuatorianos que apoyan esta doctrina y con estas ofertas públicas, que lo lleven a buscar instrumentos de agresión al trabajador.

Ecuatorianos, ante esta disyuntiva difícil que se nos presenta, con ofertas absurdas, por cierto, que significa que estas barbaridades ofrecidas a un pueblo golpeado, donde se debe priorizar y mejorar la eficacia de la Administración Pública; a la vez que, como miembros de la nación, comprendamos en detalle cuáles son las alternativas que contribuyen al cumplimiento de los objetivos del nuevo Gobierno para una paz social —para vivir con un poco de dignidad el tiempo que nos queda—.

El objetivo principal del nuevo gobierno debe ser una gestión por resultados, dirigiendo los recursos y talentos humanos con esfuerzos conjuntos, con el compromiso de todos hacia el cumplimiento de los grandes desafíos nacionales. Esto les permitirá a las nuevas autoridades concentrarse en sus objetivos nacionales, priorizar así, repito, las tareas y procesos que contribuyen a la consecución de grandes resultados para todos los ecuatorianos: no solo para voraces y audaces compromisos con unos pocos; por ello, señores candidatos y ecuatorianos, hay que poner en el lugar de urgencia lo que corresponda a las tareas cotidianas de grandes objetivos y desafíos nacionales que contribuyen, en un alto  porcentaje significativo, a alcanzar los servicios de salud, educación, agua y saneamiento, vialidad, financiamiento para emprendimientos a bajo interés y a un plazo razonable para reactivar el campo, la agroindustria: estos son los grandes objetivos sin perjudicar al trabajador o empleado.

Los grandes objetivos nacionales son y serán la espina dorsal del sistema administrativo del Estado ecuatoriano en la gestión por resultados atractivos para el elector que espera mejores días, por ello, es crucial tener claridad sobre cuál es la sabiduría para elegir bien y que se usará para definir una administración por resultados sociales para mejorar la calidad de vida en el Ecuador, como dice Roberto Bonafont: para este, mi Ecuador del alma. Por supuesto, estos objetivos sociales del nuevo gobierno deben cumplir con algunas características que garanticen calidad en la ejecución de los proyectos, es decir, que aseguren que son un norte efectivo hacia el cual se pueden direccionar las acciones prioritaria de la nación y, por lo tanto, priorizarlas.

En muchas ocasiones, un gran objetivo nacional resulta ser más ambicioso de lo que se piensa y si se proyectó al inicio para su consecución, es importante que todo proyecto sea socializado con los actores sociales —no solo con las autoridades— para que sea posible visualizarlo de forma participativa, no sólo para tener una comprensión más profunda de la complejidad de algunos objetivos, sino también saber para que se lo hace, hacia qué sector prioritario está dirigido y por qué se lo aplica.

¿Por qué este gran objetivo nacional de elegir a quien va a dirigir a nuestro país es crucial para los ciudadanos ecuatorianos en estas próximas elecciones? Si la búsqueda es salir del bache reparable que nos deja este gobierno, es interminable la tarea futura, con una relevancia casi nula en el último gobierno; este es el punto crucial que hay que cambiar, no más ensayos ridículos sin trascendencia para este Ecuador del Alma. Por esta gran razón, las elecciones del nuevo Gobierno deben ser relevantes para la Patria, idealmente deben ser elegidas personas misionales con visión ciudadana para contribuir a los grandes fines de forma directa con nuestro voto. Es una situación difícil por la cultura del mercantilismo electoral que ahora ofrecen y después se olvidan hasta de sus coidearios. Por esto y mucho más, es un compromiso urgente e ineludible, no se puede llegar al propósito último sin primero cumplir con el país hoy, no jugar con la Patria otra vez, el tiempo es oro, es valioso en términos nacionales y de alto nivel de patriotismo. El compromiso de la ciudadanía para elegir bien es un activo invaluable y todos los intereses nacionales deben estar definidos por arriba de todo o toda improvisación de manera altiva en un marco ciudadano que definirá cuál es el plazo para lograr determinados resultados que aspiramos todos los ecuatorianos.