Efrén Sarango Palacios
Por la noche los lamentos
se hacen eco de la nada
y se pierden con el viento
de cortinas azuladas.
Los recuerdos se agigantan
con el suave torbellino
que recorre los caminos
y otras forman que levantan.
El dolor en las cortinas
es dolor endemoniado,
medio loco y extraviado
por las calles peregrinas.
Todo vuelve a su estructura
y el calor se electrocuta
por la senda, por la ruta
de tus ojos de ternura.
Verdes prados al vacío
sin sentido ni objetivo
se convierten en los vivos
sueños rotos, sólo míos.
Quién entiende a los lamentos
de la aurora en desbandada
…el sopor de las almohadas
o los golpes virulentos?
Sin embargo, la esperanza
con su pena acongojada
se suicida enamorada
de la luz y la venganza.
Nadie entiende el laberinto
de los cuerpos que se aman
y entre luces nos reclaman
rienda suelta a los instintos.
Por la noche los lamentos
se hacen eco de la nada
y se pierden con el viento
de cortinas azuladas.
Los recuerdos se agigantan
con el suave torbellino
que recorre los caminos
y otras forman que levantan.