Escritura en la construcción nacional

Por: Sandra Beatriz Ludeña

Rescatar la memoria es una práctica que el mundo debe atesorar como el camino hacia la construcción nacional.  Hablo de memoria en términos de memorable, no estoy refiriéndome al hecho fisiológico, tan frágil como nuestra condición humana, sino de la memoria creada para contrarrestar esa fragilidad del proceso de desmemorización, que hoy lo vive y, solo recuerda hasta mañana, el futuro memorioso no existe.   

Para crear una memoria que se perennice, no hay camino más simple y directo que la escritura.  Claro, debe ser abordado con inteligencia y cuidado, que se sustente en investigación, interpretación desde lo teórico y lo vivencial, y una intención más sugerente aún, que no se olvide lo que pensamos e hicimos algunos actores sociales, pues, lo que escribimos es un testimonio perenne, y una huella indeleble.

En este intento, me he encontrado con libros interesantísimos que tratan acerca de temas como el pensamiento de mujeres, pugna de género y liderazgo, cuerpo y sexualidad, organización y participación política, entre otros.  

En tales procesos de creación de memoria, me he encontrado con CDs que reproducen centenares de artículos de autoras y folletos sobre la organización de la primera campaña nacional contra la violencia a las mujeres, que inició en los años 90.

Por lo manifestado puedo afirmar, que solamente cuando escribimos podemos garantizar un proceso de descubrir o redescubrir, dimensionar y valorar, pensamientos, acciones, pero, sobre todo, saber que hay antecesoras en la construcción de una historia colectiva, que aún parece insignificante a los ojos de una sociedad, que cree que todo llega de la nada.

La escritura permite crear la evidencia de lo que hicieron los actores de una época, actores que de una u otra manera fueron arte y parte de la construcción de movimientos sociales.  No se trata de crear nostalgia, sino valoración de una historia colectiva, que puede ser punto de partida de otros estudios.

Estos procesos de construcción nacional, se logran consultando lo antiguo, y para esto, hay que ir construyendo historia.  Para que sea base, de la cual manan soluciones, para quién haga un trabajo de recopilación, con sensibilidad de contribuir a la construcción de lo nacional.

Sin olvidar, que en reiteradas ocasiones los problemas sociales se repiten, una y otra vez, pues, los poderosos que mueven los hilos, pueden seguir construyendo cortinas de humo, creando los mismos conflictos, cambiando de escenarios, con otros actores, para que sirvan de captadores de atención, mientras, detrás se confabulan sórdidos intereses.  Sin embargo, quien recurre a la memoria, tiene el poder de frenar tales manipulaciones.