Oswaldo Burneo Valdivieso (+)

Santiago Armijos Valdivieso

Es una gran verdad que Loja ha estado marcada por la entereza y voluntad de sus hijos, al momento de sacarla adelante de la postración que ha rondado su porvenir por el centralismo rampante que ha caracterizado al Ecuador. Por ello, ha contado entre sus filas, como una especie de compensación natural, con ciudadanos especiales, talentosos, inconformes y luchadores, para quienes, la acción, el trabajo y la superación de obstáculos, ha sido un credo de vida por convicción y un autoimpuesto compromiso social y geográfico, resultante del palpitar natural y sincero del corazón.

Aproximadamente, en las últimas seis décadas, y en la parte delantera de ese irremplazable grupo, estuvo siempre presente el Lic. Oswaldo Burneo Valdivieso: por haber sembrado fe y optimismo; por haber empujado el progreso de Loja con esfuerzo y acción; por haber soñado con días mejores para su tierra que, finalmente llegaron con la aparición de empresas por él fundadas, administradas y agrandadas con el apoyo de los lojanos.

Una de ellas es el Banco de Loja, institución bancaria icónica de Loja, de la que fue su exitoso primer gerente general, desde 1968 hasta 1987, y a la que, gracias a su extraordinaria gestión, la convirtió en la entidad financiera más importante del sur del Ecuador. Para ello, democratizó el crédito en favor de miles de personas y pequeños comercios, para quienes la obtención de recursos les era esquiva o muy difícil de conseguir. Varias generaciones de lojanos dan cuenta de ello, y relatan, con agradecimiento y buena vibra, experiencias, anécdotas e historias, relacionadas con el enorme servicio brindado por el Lic. Burneo Valdivieso. Entre otras cosas, se dice que tuvo una memoria privilegiada, un conocimiento preciso de la realidad económica de la región, y un sentido adicional, a los cinco que nos dio Dios, para encontrar deudores aptos y trabajadores para recibir crédito y apoyarlos en el emprendimiento de sus proyectos personales, financieros, comerciales, agrícolas o industriales. También se cuenta que gozó de un carisma especial para atender y servir a las personas, a quienes, no solo les prestaba atención a sus necesidades, sino que les entregaba amistad sincera y perdurable.

Lo conocí y, con respeto, disfruté de su amistad varias veces, muchas de estas, por la amistad con mis abuelos, con mi padre y tíos, en las que resonaba su voz sonora e inteligente, presta para hilvanar criterios ingeniosos y bien trazados en torno a temática variada y de interés colectivo; eso sí, sin descuidar jamás la alegría, la generosidad, la sencillez y la predisposición a la amistad sincera y especial con sus contertulios. Por gentil invitación de su hijo Jorge Oswaldo: la última vez que lo vi, y escuché su conversación selecta y rebosante de experiencia; fue en su casa de reposo, situada en la parroquia Chontacruz, en cercanías a la urna vieja de la Virgen del Cisne. Hubo artistas para interpretar añosos pasillos; comida lojana deliciosa y sencilla; y abundante conversación respetuosa y chispeante que tan bien se da en la campiña del Zamora y el Malacatos.

Por haber sido un fabricante incansable de la fraternidad, puede decirse que la vida del Lic. Burneo no solo le perteneció a él y a sus familiares, sino a miles de lojanos, quienes reclamaban con cariño y respeto su presencia y su mano amiga.  

Entre otras dignidades, fue vicealcalde de la ciudad de Loja; presidente de la Junta de Recuperación; presidente de la Junta de Obreros; y, miembro fundador de Solca-Loja, entidad para la que, en su calidad de vocal de la Junta Bancaria del Ecuador, consiguió una importante asignación presupuestaria para consolidarla como institución de salud oncológica.

Su visión para encontrar puertas al desarrollo y sus brazos trabajadores e incansables están en empresas lojanas relacionadas con la construcción, el comercio, el banano, el camarón y la industria alimenticia; lo que fuera motivo para su designación como Mejor Ciudadano de Loja por dos ocasiones y, posteriormente, Mejor Ciudadano de la Provincia. Por supuesto, ante la total aceptación y aplausos de la comunidad.

Fue un hombre generoso que, en forma silenciosa y sin aspavientos, realizó obras de filantropía en favor de organizaciones de ayuda social y religiosa. Así lo confirmó un sacerdote que dirigió la misa de sepelio. En fin, su legado fue especial y trascendente para la sociedad.

Lamentablemente, el implacable transcurso del tiempo termina por arrebatar la existencia de los mortales, por más fuertes e inquebrantables que sean;  y, a sus 89 años, Oswaldo Burneo Valdivieso, luego de haber conjugado en todos sus tiempos, tonos y matices los verbos vivir, servir, trabajar y soñar, falleció un triste jueves 21 de septiembre de 2023… eso sí, con la tranquilidad de la tarea cumplida; con la satisfacción del guerrero que, venciendo duras adversidades, obtuvo victorias contra el atraso y el estancamiento de Loja; y, con el honor de haber sido un robusto eslabón de la larga lista de lojanos que entendieron que la patria chica solo podrá salir avante con el esfuerzo, el sacrificio y el ejemplo de sus propios hijos.   

Prolongan su existencia, su esposa María Augusta Castillo Carrión, sus hijos, nietos y bisnietos; quienes, al ser personas de bien, estoy seguro, seguirán los surcos del recto accionar que su ejemplar ancestro labró, por décadas, en beneficio de Loja.

Descanse en la paz eterna Lic. Juan Oswaldo Burneo Valdivieso.