La Navidad y los villancicos

Benjamín Pinza Suárez

La navidad es un acontecimiento que se celebra en todo el mundo cristiano y que en cada país tiene sus propios matices. En el Ecuador se ha convertido en una fiesta tradicional en que, a más de adorar a Jesús, los niños que se han portado bien con sus padres durante todo el año reciben juguetes en sus zapatos colocados al pie de sus camas. Es una costumbre común elaborar en cada hogar, en las iglesias y en las instituciones públicas, los clásicos nacimientos y los arbolitos de navidad adornados con luces de colores, con llamativos atavíos, con regalos y tarjetas, todo ello, acompañado de un alegre, emotivo y añorado género musical llamado villancico.

Pero, ¿cuál es el origen de los villancicos? Los estudiosos sostienen que antes de llamarse villancicos se los conocía como “villancejos” o “villancetes”, siendo dos los más antiguos, el uno conocido con el nombre de “Jesús, luz de todas las naciones” atribuido a Hilario de Poitiers; y el otro, llamado “Ven, Redentor de la tierra”, escrito por San Ambrosio, Obispo de Milán en el siglo IV. Samuel Miklos Stem dice que las primeras manifestaciones de los villancicos aparecen en las cancioncillas mozárabes del siglo XI. Los campesinos los cantaban en sus fiestas populares sin que sea una temática de orden religiosa. Otros investigadores sostienen que la letrilla es otra forma poética muy parecida al villancico y que se caracteriza por tener un contenido satírico.

En sus inicioslos villancicos eran poco conocidos y contenían una variedad de temáticas y eran acompañados de la vihuela. En el siglo XVII  se sustituye la vihuela por la guitarra y es en esta época que  las autoridades eclesiásticas-como estrategia evangelizadora- comienzan a utilizar la música en lengua vernácula en los oficios religiosos durante las fiestas navideñas y de Corpus Cristi. De aquí en adelante, los villancicos se hacen muy populares manifestándose como cantos cristianos y profanos que surgieron  en la Edad Media con el florecimiento del  Renacimiento y con la Reforma Protestante encabezada por Martín Lutero. Así es como los villancicos se han quedado grabados en la memoria del tiempo y en la memoria colectiva como un género dedicado a celebrar las fiestas navideñas.

Es en elsiglo XVII procedente de España, llegan los primeros  villancicos a Latinoamérica ingresando a Centroamérica, México, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile, Argentina, Brasil, que poco a poco se fueron adaptando a las culturas indígenas producto de un sincretismo cultural, siendo difundidos en nuestros territorios por los maestros de capilla, dando lugar a un intercambio literario musical.

Es muy curioso observar en estos días cómo los jóvenes bolivianos festejan la navidad con el Chuntunquis, que es un villancico navideño muy alegre, festivo y vibrante que se lo baila con un zapateo impresionante. Hay un bonito fragmento de un villancico de la región del Chocó, en el pacífico colombiano que dice así:

“Yo soy la negra ma vieja er barrio

no hay en la villa mejor yo:

barro la casa, limpio lo patio

cuido mi niño y hago el amó:

Jesús mi niño, Jesús mi amito

dile a tu mae y a ñor Josè

que aquí le traigo yo la gallina

con lo pollito para lo trè”.

Entre los villancicos ecuatorianos que más se han popularizado están los del maestro Salvador Bustamante Celi, y entre ellos, el más difundido a nivel nacional es el villancico “Dulce Jesús mío”. En síntesis, los villancicos siempre serán un recuerdo de infancia y una forma de celebrar en familia la alegría de un nuevo amanecer.