Desconcierto que se complica a diario

Antonio C. Maldonado

Estamos atravesando por un periodo sumamente complicado no solo por la pandemia, inundaciones del cruel invierno sino además por una cantidad de “personalidades” que aparecen a diario representando a ONG y departamentos gubernamentales como salvadores de la situación en que nos encontramos con criterios que no solucionan nada pero me hacen recordar la célebre frase del Filósofo Griego de la Antigüedad Sócrates que dijo: “Solo sé que no sé nada”; pues, como no existe una Política Criminal del Estado que entre otros asuntos trata y no solamente de la confrontación de los delitos perpetrados por el crimen organizado o la delincuencia callejera que se les aplica la pena correspondiente como sucede en la actualidad lo que tiene abarrotados los centros de reclusión sino fundamentalmente aplicar una política de prevención para mantenernos sin temor, ya que los último sucesos delictivos nos mantienen aterrorizados como el encuentro de cuerpos decapitados y el más repulsivo y macabro en el paso peatonal de Duran de dos cadáveres ahorcados y colgados en las barandillas sin conocerse hasta el momento la causa de este horripilante suceso; pues, si bien por una parte nos dan la buena nueva de la disminución de fallecimientos y contagios del COVID-19, como contraparte aparece la cantidad de muertes violentas sin parar en todas las provincias del Litoral, enfocándose la actividad principal en el combate y desarticulación del tráfico de drogas. 

Por otra parte, es necesario puntualizar la desestabilidad en que se debate la administración pública en todos los poderes y organismos del Estado que obstaculizan cualquier labor que pueden emprender como es el caso de la Asamblea Nacional dedicada con sus nuevas mayorías a llamar permanentemente a fiscalización a integrantes de organismos del Estado, entre otros a los del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social y a una serie de funcionarios que consideran han infringido la ley relegando para las “calendas griegas” lo fundamental que es legislar; resulta alarmante y que ya se le está dando importancia constituye la venta ilícita y consumo por jóvenes y adultos, porque a todos les agrada los dulces psicoactivos, esto es, con dosis de marihuana que atrae mucho tanto por la publicidad ya que facilita imaginariamente el viaje espacial directo a los planetas del universo sin consto y la necesidad de hacer maletas, como anteriormente lo hacían fumando cigarrillos preparados especialmente para esta actividad; este problema tiene que ser analizado debidamente por las autoridades de salud ya que existen criterios aunque divergentes por los daños que produce en el organismo humano pero coincidiendo todos en que la afectación tanto orgánica, fisiológica como psicológica se generan. 

También es importante tratar a profundidad y dar solución definitiva al problema que confronta el IESS y las dependencias gubernamentales sobre la adquisición de medicamentos inexistentes para atender las enfermedades catastróficas y las que afectan circunstancialmente a los afiliados y jubilados, suceso en los que se destapa el atraco a los fondos públicos, de los afiliados y jubilados, totalmente desatendidos; parecería que fue necesaria la pandemia para conocer que vivimos, aunque nos duela mucho, en medio de un gigantesco enjambre de delincuentes de todo calibre.