César Eduardo Briceño Toledo
Culminó la séptima edición del Festival Internacional de Artes Vivas (FIAVL) y empezó promocionándose la 8va edición. Al respecto, se han señalado los pro y contra del evento que tiene el motete de “internacional” que al igual de la expresión cansina de nuestra feria tildada también como internacional se redujo a una feria pueblerina.
La perspectiva de la creación sobre este notable encuentro de los gestores culturales de la nación y del extranjero, fue que cada noviembre se realice en la ciudad de Loja. El presupuesto para el primer Festival Internacional de Artes Vivas de Loja fue de 1 millón 933 mil dólares; para el segundo y tercero de 5 millones 828 mil dólares; y para el cuarto de 1 millón 642 mil 856 dólares, 290 mil 144 dólares menos que el primero, la 5ta edición se suspendió por la pandemia, la 6ta. El presupuesto fue de 197.000 y la 7ma. de este este año, el Ministerio de Cultura y Patrimonio, entregó 200 mil dólares más 280.000 por el municipio.
La ministra de cultura dijo que el festival fue un éxito corroborada por servidores de esta ciudad; aunque la percepción de la ciudadanía creyó ver un festival aldeano por la masiva invasión de vendedores ambulantes que deslustraron al parecer de lo que no ocurre en otros escenarios del mundo como Viña del Mar en Chile, Carnaval de Venecia (Italia) o Día de San Patricio (Irlanda); por citar algunos; la inseguridad y el tránsito caótico. Que debemos observar no imitar porque podemos hacerlo mejor. Que de continuar con lo mismo se reduciría a presentaciones parroquiales, y de la ciudad que no trascienden en el país peor internacionalmente; y mantenernos más por costumbre antes que exhibir un buen producto cultural y atractivo para el mundo con afanes cosmopolitas. Difundir con la debida anticipación, ¡y eso cuesta!
¿Entonces qué hacer? Es importantes articular las gestiones futuras con todas las autoridades de la localidad, la academia, legisladores, empresarios y sociedad civil, con el gobierno de turno; para demandar con firmeza el incremento del presupuesto, porque sin dinero no podemos soñar en nada. Solicitar la descentralización y desconcentración administrativa y financiera del festival para que Loja sea quien lo organice; así como, del emblemático teatro Benjamín Carrión. Actualmente el MTOP como contratante debe liquidar y solucionar asuntos legales para pasar al Ministerio auspiciante.
La reducción del presupuesto del Festival Internacional de Artes Vivas de Loja supondría su cierre o que se vuelva itinerante. La Asamblea Nacional lo institucionalizó para Loja, en el 2018. ¿O hacemos algo o será el festival otro cuento más de Loja?.