El principio de formalidad en la Nueva Gestión Pública: un enfoque crítico

Edwin Villavicencio

La Nueva Gestión Pública (NGP) ha sido un paradigma dominante en la reforma del sector público en las últimas décadas. Dentro de este enfoque, el principio de formalidad se ha destacado como un componente fundamental. Este principio busca garantizar la eficiencia y la rendición de cuentas en la administración pública, pero también ha generado debates y críticas significativas. Este ensayo se propone analizar el principio de formalidad en la NGP, explorando sus ventajas y desventajas desde una perspectiva crítica.

La NGP se caracteriza por la introducción de métodos y técnicas de gestión del sector privado en la esfera pública. El principio de formalidad se alinea con esta tendencia al enfocarse en la estandarización de procesos, la medición del desempeño y la reducción de la discrecionalidad en la toma de decisiones gubernamentales. Esto se logra a través de la implementación de sistemas de gestión, normativas claras y la rendición de cuentas basada en indicadores cuantitativos.

Las ventajas del principio de formalidad en la NGP son las siguientes:

1. Eficiencia y Productividad: la formalización de procesos puede conducir a una mayor eficiencia y productividad en la administración pública al eliminar la burocracia innecesaria y simplificar los procedimientos.

2. Transparencia y Rendición de Cuentas: la estandarización y la medición del desempeño facilitan la supervisión y la rendición de cuentas, lo que puede reducir la corrupción y mejorar la confianza de la ciudadanía en el gobierno.

3. Mejora en la Toma de Decisiones: al basar las decisiones en datos y evidencia, en lugar de la discrecionalidad, se espera que se tomen decisiones más informadas y objetivas.

Desventajas del principio de formalidad en la NGP

1. Riesgo de Rigidez: la excesiva formalización puede llevar a la rigidez en la administración pública, lo que dificulta la adaptación a situaciones cambiantes o excepcionales.

2.Enfoque Cuantitativo sobre Cualitativo: la obsesión por las métricas cuantitativas puede llevar a una pérdida de atención en aspectos cualitativos y subjetivos de la gestión pública, como la calidad de los servicios.

3. Despersonalización de la Administración: la NGP a menudo reduce el margen de maniobra de los funcionarios públicos, lo que puede desincentivar la creatividad y la innovación en la toma de decisiones.

El principio de formalidad en la Nueva Gestión Pública ha sido una característica central de las reformas del sector público en las últimas décadas. Si bien ofrece ventajas notables, como la eficiencia y la rendición de cuentas, también presenta desventajas importantes, como la rigidez y la despersonalización. Por lo tanto, su aplicación debe ser equilibrada y adaptada a las necesidades específicas de cada contexto. La búsqueda de un equilibrio entre la formalidad y la flexibilidad parece ser esencial para una gestión pública efectiva y sensible a las demandas de la sociedad. La discusión y el debate continuos sobre el principio de formalidad en la NGP son esenciales para garantizar que las reformas del sector público sirvan mejor al interés público y no se conviertan en una camisa de fuerza burocrática.