Freddy Coronel
Uno de los primeros pasos en el mercado del turismo sostenible se da cuando la Organización Mundial del Turismo, en el año 1997, define los cinco principios básicos que posteriormente contribuyen en la definición del concepto, basado en los siguientes componentes básicos para su desarrollo sostenible.
En primer lugar, se contempla que los recursos naturales y culturales se conservan para su uso continuado en el futuro, y en un tiempo a corto plazo contemplen beneficios para el planeta, el país, el inversionista y el consumidor final que es el turista.
En segundo lugar, el desarrollo turístico sostenible se planifica, se financia y se ejecuta de forma que no cause serios problemas ambientales o socioculturales.
En tercer lugar, la calidad ambiental, se debe mantener y mejorar permanente las áreas protegidas en beneficio de esta y las futuras generaciones.
En cuarto lugar, con el apoyo de los gobiernos inteligentes que actúan, sin trabas de acomodos, fortaleciendo la participación activa de la empresa privada, se debe procurar mantener siempre un elevado nivel de satisfacción no solo de los emprendedores sino también de los visitantes y el destino preferido debe mejorar constantemente para consolidar su prestigio, calidad para un mercado potencial en un mundo cambiante y exigente, porque el turista paga lo que necesita para satisfacer sus necesidades que exigen calidad total en los servicios turísticos.
En quinto lugar, los beneficios del turismo sostenible se reparten ampliamente entre toda una sociedad exigente por excelencia que siempre va a pagar por un buen servicio.
Con los antecedentes expuestos muy claramente, apostamos al Turismo Sostenible en Zapotillo, con un concepto muy claro que definimos como “el equilibrio entre el máximo aprovechamiento que se puede realizar de los recursos económicos, sociales, culturales y naturales para una nueva zona de destino en este cantón fronterizo frente a la insatisfacción de todos los visitantes, especialmente en tiempo de florecimiento de los guayacanes y las propias fiestas de cantonización, donde definimos los impactos negativos que en la sociedad anfitriona o en el medio ambiente se está causando, por ejemplo a lo largo del rio Catamayo, en sus playas, propios y extraños, se sirven comida, licores y los desperdicios son arrojados al rio o los dejan en la propia rivera; y, lo que es más preocupante, algunos desaprensivos —especialmente jóvenes— impulsados por el licor, destruyen la botellas de vidrio y las arrojan al rio y otras las dejan regadas a lo largo y ancho de este hermoso balneario natural y no hay autoridad alguna que tome cartas en el asunto; hay un viejo refrán que dice: “estamos dejando matar a la gallina de los huevos de oro”.
Por ello hay que recalcar dos palabras puntuales y estratégicas; turismo y sostenibilidad, la primera de ellas, como se menciona anteriormente, ha sido debatida por muchos expertos acerca de sus orígenes, elementos y conformación; sin embargo, queda claramente definida como el conjunto de actividades que realizan las personas inteligentes en sus viajes de placer a distintos espacios geográficos para salir del ambiente permanente del hogar y el trabajo para satisfacer sus necesidades elementales de insertarse en la naturaleza viva para disfrutar de un ambiente natural.
El termino sostenibilidad tiene sus inicios en 1987 con el Informe de Harlem Brundtland, de nacionalidad noruega, esto fue todo un hito histórico ya que por primera vez se registra el concepto de Desarrollo Sostenible. Así se dio por fin visibilidad a la problemática económica, social y medioambiental a la que nos venimos enfrentando desde hace décadas. Harlem establece las bases para actualmente definirla como el desarrollo que tiene como fin último perseguir la satisfacción de las necesidades de las actuales generaciones, sin perjudicar o comprometer los recursos o posibilidades de las futuras para satisfacer sus propias necesidades. Hoy, el modelo de economía sostenible es un ingrediente esencial para construir una ventaja competitiva real, que sea orientado para un turismo como un producto limpio, mediante procesos ecoturísticos comerciales que generen desarrollo e innovación permanente. El objetivo mundial es que cada país, y la propia empresa privada, promueva el uso racional de sus recursos y adopte alternativas de compensación ambiental. En esta unión de términos la sostenibilidad es aquella que prima con sus tres columnas elementales para la alineación:
Primero, debe ser el pilar económico, que consiste en la destreza para poder contribuir en el desarrollo económico mediante la creación de empresas sostenibles de todo tamaño y nivel.
Segundo, el pilar social que representa el impacto social causado por la organización a todos aquellos actores inteligentes con los que interactúa como lo son trabajadores, clientes, proveedores, la comunidad y la sociedad en general.
Y, en tercer lugar, el pilar ambiental, como la base de este componente es el respeto y la conservación de los ecosistemas, flora, fauna y la biodiversidad. Este respeto ambiental y social representa la complementariedad entre la producción y explotación de recursos con el respeto por el medio ambiente.
En otras palabras, el turismo sostenible consolida sus bases en hallar el equilibrio entre la actividad económica realizada por las empresas del sector turístico y el medio ambiente con su biodiversidad, de tal manera, que estos últimos se mantengan intactos en su estado natural y no se vean expuestos a los efectos negativos que puede traer el turismo sino es manejado de una manera racional y sostenible.