Te animas a caminar

David Rodríguez Vivanco

Una vez que hemos decidido empezar a caminar es conveniente revisar nuestro equipaje, sentarnos a construir una bolsa donde elijamos, de manera cuidadosa, qué tipo de cosas podemos necesitar a lo largo de esta aventura llamada vida.

Es posible que necesitemos cosas básicas como una linterna, agua, vendajes, medicinas, equipo para alpinismo. También es importante la tecnología, el celular, quizás un GPS, un palo selfie para presumir en redes los logros o alguno de estos gadgets tecnológicos que se han convertido en todo un eje de nuestras vidas.

Aunque en realidad lo que deberíamos hacer es todo lo contrario. Sería ideal hacer una lista de todas las cosas que deberíamos dejar atrás, antes de comenzar a caminar. Tenemos que soltar lastre, no sólo para caminar ligeros, sino para caminar centrados y concentrados en disfrutar de un tiempo para nosotros, de calidad y enseñanza.

Así comenzamos a desempacar y lanzamos las cosas afuera, empezamos a generar nuevos contextos. Es probable que muchos no estén de acuerdo y crean que no tiene mucho sentido salir al mundo sin apoyo tecnológico, sin la posibilidad de documentar cada paisaje, cada experiencia y cada situación. Pues para explicar este punto aludiré a la imagen icónica de Neo en Matrix, justamente en la escena en la que tiene que escoger entre la pastilla azul y la roja.

Una de ellas está rellena de wifi gratuito, de megas y un sinfín de información en tiempo real. La otra, sin embargo, te hará cuestionar la realidad, te estigmatizará y te convertirá en un outsider. Pero espera, antes de escoger quiero contarte una serie de cosas. Desde que tienes un celular inteligente y redes sociales lees como mínimo el doble de titulares. Sin embargo, la inmensa mayoría no los buscan activamente, llegan a ti porque son compartidos. Dicho encuentro casual en las redes favorece el hecho de que el 90% de las veces no pases de la cabecera del titular en negrilla, aunque esto no te impide generar una firme opinión, incluso cuando en demasiadas ocasiones descubres, al leer el cuerpo de la noticia, que dicho titular era sensacionalista y tendencioso. Pero aun sabiéndolo, tendemos a compartir noticias que no hemos ni abierto.

Internet y las redes sociales han equiparado la fuerza mediática de grandes y pequeños. Los medios poderosos se desinflan en su competencia con otros más humildes y con miles de pequeñas noticias online son similares en su formato, de manera que cada vez cuesta más separar el grano de la paja, la opinión de la noticia, y nos vemos en el ojo del huracán rodeados de cientos de miles de contenidos que desdibujan la realidad.

La prensa más que nunca necesita el sensacionalismo, y todos ayudamos a formar sus contenidos porque a la vez somos objetivos y canal distribuidor. Este es el nuevo paradigma, ya no importa tanto el contenido, el enfoque o el discurso; importan los motivos que nos mueven a pinchar y compartir el gancho, el morbo, la treta del amarillismo o lo que haga falta para mostrar un banner de publicidad. En resumen, hablamos de ética periodística que vista desde los parámetros actuales creo que nos vemos obligados a reformular, y con esta nueva información adquirida

¿Qué pastilla eliges para empezar a caminar?