De la buena fantasía a la realidad en esta Navidad

Diego Lara León

En un parque de diversiones una familia con niños pequeños recorría cada una de las atracciones, al llegar a una que recreaba a personajes fantásticos, uno de los niños exclamó con mucha emoción: “mira papá un unicornio”. Esa escena fue observada por un par de amigos que habían ido también a recorrer aquel lugar. La charla posterior a ese suceso mas o menos fue así: ”mira tú como ese pobre niño es engañado por sus padres, todos sabemos que los unicornios no existen, eso no es otra cosa que un caballo al cual lo han disfrazado y le han colocado un cuerno artificial”. Así es, dijo el otro amigo, “pobre niño” cuando se entere de la verdad.

Un abuelo que también estaba en aquel parque acompañando a sus nietos, escuchó a este par de amigos y se vio tentado a intervenir en la conversación.

Pidiendo disculpas los interrumpió y les preguntó ¿están seguros que el niño estaría mejor sabiendo la verdad o quizá es feliz creyendo en la fantasía? Ambos respondieron al mismo tiempo: ¡conociendo la verdad!

Mientras conversaban los tres, a uno de los jóvenes le entró una llamada, era su jefe que le increpaba por no haber entregado a tiempo un informe y él sin mucho pensarlo, le dijo que estaba enfermo, que le presentaría un certificado médico que justifique su incumplimiento y que el reposo que le habían dado lo tendrá unos días mas fuera de la oficina.

El abuelo sonrió y se fue, creo que el par de amigos entendieron lo que el abuelo les dijo sin decirlo. ¡Seguro ustedes también!

La fantasía no es mentira, es solo fantasía. ¿Por qué privar a los niños de vivirla, si nosotros también la disfrutamos en libros, películas y series?

En esta época de Navidad ojalá nuestros corazones se alimenten mas de la buena fantasía. Si los pequeños creen en Papá Noel o en el Niño Dios, que lo sigan haciendo, si los hace felices, acrecentemos esa felicidad.

Navidad es compartir, no es posible dar algo que no se tiene en el corazón. Procuremos llenarnos de solidaridad, de bondad, de amor, para luego irradiarlo a los demás.

No se queden con una palabra sin decir o un abrazo sin dar. Que la celebración de la Natividad nos recargue de energía positiva, nos haga regresar al génesis de la vida, a la familia, a los amigos, a los semejantes.

¡Que la buena fantasía se haga realidad y que en esa realidad haya amor y calor de hogar! Feliz Navidad!!!